Desde el 2020 estamos viviendo en una situación de emergencia desconocida para la mayoría de la población mundial hasta ahora. En seguimiento de nuestra misión institucional desarrollamos un plan de intervención que pretendió atender algunas necesidades urgentes de salud mental y física de niños, niñas y adolescentes (NNA), este plan se implementó durante el periodo inmediatamente posterior al confinamiento generalizado.
Sin embargo, ante el retorno esperado a la vida social y a las actividades al aire libre, iniciamos un proceso de reestructura profunda de nuestro Modelo formativo, asumiendo los desafíos que implica un mundo en
constante cambio.
Este proceso implicó reconocer y potencializar los importantes aportes del modelo original pero también integrar aportes teórico-técnicos de la psicología y la educación que permite fundamentar y sistematizar la intervención que propicia el tránsito hacia conductas de
superación personal y prosociales, basadas en el conocimiento, la reflexión y la acción.